Fabricación de una Estufa Paracha
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- Categoría: Energía Alternativa y Ecotecnias
- Última actualización: Viernes, 27 Junio 2014 11:07

En la población de Paracho, Michoacán México, desde los años de 1935, que es hasta donde se cuenta con memoria histórica a través de algunos habitantes (Emilio López, Manuel Rubio, Catalina Ríos y otros), se utiliza el aserrín (desperdicio del proceso de trabajo con maderas) en una estufa llamada arbitrariamente por el autor del presente artículo como la Paracha.
FABRICACIÓN
En un bote común redondo (puede ser cuadrado) de metal, se realiza un orificio en su parte baja.
La segunda parte consiste en encontrar un trozo de madera o metal que se ajuste de la mejor manera al orificio realizado, e introducirlo por el orificio hasta el centro del bote.
Imagen 2: Madera al centro del bote.
Encontrar otra madera o metal, e insertarlo en el bote por la parte superior, coincidiendo ambos trozos en sus puntas.
Imagen 3: Coincidencia de 2 trozos de madera.
Posteriormente se sostienen los maderos y se llena el bote de aserrín como se observa en la siguiente imagen, y se comprime el aserrín a base de apisonamiento del mismo en el bote.
Imagen 4: Relleno de aserrín
Imagen 5: Compactación del aserrin.
Se prosigue con el retirado de las estacas de madera y el encendido de la estufa, la cual no dará un encendido difuso y sin aprovechamiento, sino una llama bien definida, central y aprovechable.
Imagen 6: Retirado de estacas de madera
Imagen 7: Encendido de la Paracha.
Entre las actividades desarrolladas con la “Paracha”, se encuentran el cocido de alimentos, generar calor sobre todo a la intemperie o en chimeneas, pintura de maderas con anilinas, secado de madera en hornos (esto aún se realiza hasta con tambores de 200 litros). Calentamiento de agua en la matanza de cerdos, calentamiento de fierros en el marcaje de bovinos, y puede ser útil para muchas de las actividades que requieran de calor.
La duración promedio de un bote de 20 litros bien compactado con aserrín fino es hasta de 6 o 7 horas continuas.
Imágenes 8 y 9: La Estufa Paracha generando calor.
Es una alternativa recomendable para aquellas zonas donde el aserrín es un desperdicio, y que además regionalmente no tiene un uso y por lo tanto demanda.
Reduce el corte de árboles, cuando esto es realizado con el fin exclusivo de obtener leña, incluso permite que cuando existe leña de subproducto, esta sea vendida, genere recursos económicos y para autoconsumo se utilice esta fuente de energía.
POR QUÉ USAR ESTA TECNOLOGÍA ALTERNA PARA PRODUCIR FUEGO
La bioenergía es la energía que se obtiene de la biomasa. Biomasa, por su parte, es toda materia viva o derivada de seres vivos, e incluye un rango muy amplio de materiales como madera, frutos, granos, jugos o fibras. Estos materiales pueden ser obtenidos de cultivos y residuos sólidos o líquidos, entre otras fuentes. A partir de ellos se puede extraer energía útil directamente o después de transformarlos en carbón, sintegás, biogás, bioetanol o biodiesel. Por su variedad de aplicaciones y usos finales, la bioenergía puede contribuir a las estrategias de desarrollo sustentable del país (Estrada e Islas, 2010).
Las tecnologías bioenergéticas se están desarrollando actualmente a una velocidad sin precedentes, debido a las políticas mundiales para mitigar el cambio climático, los precios crecientes del petróleo y la inseguridad del abasto de energéticos fósiles. Existen diversas vías para la combustión directa, gasificación, fermentación y digestión anaeróbica que permiten utilizar la biomasa como una fuente de energía sustentable (Prehn y Cumana, 2010).
La biomasa utilizada con fines energéticos constituye una fuente de energía renovable y limpia, plenamente establecida, con tecnologías maduras en la mayoría de sus distintas aplicaciones. A nivel internacional, la bioenergía representa 11% del consumo total de energía y 80% del consumo de energías renovables. Se estima que para el año 2050 podría contribuir con el 25% de la energía requerida a nivel mundial (Masera et al., 2006).
Para el 2009, 1.6 billones de personas en el mundo aún vivían sin acceso a la electricidad, y 2 billones utilizaban la biomasa tradicional, para cocinar y calentarse, actividades necesarias para la subsistencia humana (Practical Action consulting 2009).
En México el uso de la bioenergía representa el 8% del consumo de energía primaria. La materia más utilizada es la leña y el bagazo de caña. La primera es consumida por 25 millones de personas en el medio rural mexicano, principalmente para la cocción de alimentos, pero también en una gran cantidad de pequeñas industrias como tabiqueras, panaderías, mezcaleras, tortillerías y otras (Masera et al., 2006).
En México, el consumo de leña representa el 10% de la energía primaria y aporta el 46% de la energía demandada por el sector residencial (Masera, 1993). La leña es utilizada por más de 27 millones de personas (uno de cada cuatro habitantes).
Un 89% de la población rural usa la leña como principal combustible para la cocción de sus alimentos, y en las zonas urbanas los usuarios de leña constituyen el 11% de la población.
El consumo promedio de leña es de 2.1 kg/d/hab o 4.6 t/fam/año, sumando unos 30 millones de m3/año en total (Prehn y Cumana, 2010).
La biomasa como fuente energética presenta numerosas ventajas desde la óptica socioeconómica y ambiental. El uso sustentable de la bioenergía permite crear importantes sinergias entre los sectores agropecuario y forestal, con el sector energético industrial; el primero en la producción de biocombustibles y el segundo en el uso de los mismos y la transferencia de recursos a los sectores primarios. También es importante considerar la creación de fuentes de trabajo e inversiones en el medio rural, considerando que la bioenergía, genera de 2 a 4 veces más fuentes de trabajo por unidad de energía que los combustibles fósiles, lo que permite transferir recursos económicos de las zonas urbanas de consumo a las zonas rurales de producción.
Adicionalmente la producción sustentable de biomasa brinda numerosos servicios ambientales de tipo local y global;
Control de la erosión del suelo
Regulación del ciclo hidrológico.
Protección de las áreas de hábitat de fauna silvestre.
En tierras degradadas mejora la fertilidad y la calidad de los suelos.
Usada sustentablemente, contribuye al deterioro en el cambio climático, con la captura de carbono.
Reduce la contaminación del aire y el agua, la presencia de plagas y enfermedades, el deterioro del paisaje y mejora la calidad de vida de las poblaciones humanas.
En el caso del establecimiento de bancos bioenergéticos, puede existir la competencia con el sector pecuario, lo que se evita con las plantaciones multipropósito, o el silvopastoreo, atendiendo de esta manera a propósitos y usos múltiples de la tierra. (Masera et al., 2006).
Sin embargo, se debe considerar que la mayoría de las extracciones de leña de los bosques, se encuentran en un estado no sustentable, y generalmente su uso es de autoconsumo.
Esta actividad que vivimos, y por su sistema de explotación, en el cual las externalidades no se internan, (Wikipedia, 2014) ni a través de la reforestación, y en algunas ocasiones ni siquiera por una explotación racional, y aunado a que como lo cita la FAO (Steinfeld et al., 2006) y otros sitios, considerando que la principal estrategia de combate al cambio climático es la captura de carbono a través de la siembra de árboles, nos obligan a pensar y proponer el uso de algunas otras alternativas.
En este contexto, en la población de Paracho, Michoacán México, desde los años de 1935, que es hasta donde se cuenta con memoria histórica a través de algunos habitantes (Emilio López, Manuel Rubio, Catalina Ríos y otros), se utiliza el aserrín (desperdicio del proceso de trabajo con maderas), en una estufa llamada arbitrariamente por el autor del presente artículo como la Paracha (Zalapa R.A. 2012 y Zalapa R.H.R., 2013).
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Literatura citada.
- Estrada Gasca, C. e Islas Samperio, J. (2010). “Energías Alternas: Propuesta de Investigación y Desarrollo Tecnológico para México”. Academia Mexicana de Ciencias, México.
- Masera, O. (1993). “Sustainable Fuelwood Use in Rural Mexico, Volume I: Current Patterns of Resource Use”, Report # LBL-34634, Energy andEnvironment Division, Lawrence Berkeley Laboratory, California.
- Masera Cerutti O.R., Aguillón Martínez J.E., Arvizu Fernández J.L., Fuentes Gutiérrez A.F., Ghilardi Álvarez A. Riegelhaupt E., Saldaña Flores R., Best Brown G., Gómez Macías I., Díaz Jiménez R., Gamiño Calvillo R.B., Berrueta Soriano V.M., Islas Samperio J.M., Manzini Poli F. y de Buen Rodríguez O. 2006. “El Libro blanco” la bioenergía en México un catalizador del Desarrollo Sustentable. http://www.rembio.org.mx/2011/Documentos/Publicaciones/C1/libro-blanco-bioenergia-2006.pdf
- Practical Action consulting 2009. Small scale bioenergy initiatives.
- Prehn Manuela, Cumana Iván 2010, La Bioenergia en México: Estudios de caso No. 1; 2010. Red Mexicana de bioenergía. A.C. Edición septiembre 2010.
- Steinfeld H., P. Gerber., T. Wassenaar., V. Castel., M. Rosales., C. Haan. 2006. “Livestock Long Shadow” LEAD-FAO.
Wikipedia consultado (2014 c). es.wikipedia.org/wiki/Externalidad - Zalapa Ríos Alejandro, 2012. www.engormix.com/mbr-268980/alejandro-zalapa-rios
- Zalapa Ríos Héctor Raúl. 2013. “Cuando Paracho era de tejamanil” CONACULTA y PACMYC.
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